En este artículo exploraremos en qué consiste el burnout de los docentes, sus causas subyacentes y, lo más importante, cómo afrontarlo y prevenirlo.
Índice de contenidos
¿Qué es el síndrome del burnout docente?
El burnout docente es un estado de agotamiento físico, emocional y mental que resulta de una exposición prolongada al estrés laboral en el ámbito educativo. Los educadores que sufren de burnout pueden experimentar una disminución de la satisfacción laboral, una sensación de agotamiento constante y una disminución en su capacidad para afrontar las demandas diarias del trabajo. Esta condición puede agravarse y acabar derivando en crisis psicológicas, de ansiedad y depresión, que necesitan de tratamiento especializado.
Este problema afecta la salud del profesorado, pero también incide directamente en la calidad educativa, pues provoca menor interés por los alumnos, ausentismo y actitudes negativas con respecto a los compañeros de trabajo.
Aunque el término de “síndrome de burnout docente” es relativamente nuevo, se trata de un problema común desde hace mucho tiempo. Los cuadros de estrés, agotamiento y falta de motivación no son exclusivos del profesorado actual. El burnout no sólo lo padecen los profesionales de la educación, de hecho es recurrente también entre los altos ejecutivos o en el sector de la medicina. Sin embargo, estudios recientes indican que la de la docencia es una de las profesiones más propensas a desarrollar esta afección.
¿Cuál es la incidencia del síndrome del burnout?
Un estudio de la Universidad de Murcia de los profesores Isabel Latorre y Juan Sáez concluye que el 65% de los profesores de primaria, secundaria y bachillerato sufren este síndrome.
Las investigadoras Inmaculada Vicente e Inés Gabari, de la Universidad Pública de Navarra, explican que la incidencia es más elevada en quienes trabajan en la etapa de enseñanza secundaria obligatoria (12-16 años) y postobligatoria (16-18 años), con población adolescente, dado el momento de cambios vitales del alumnado, la exposición intensa a los intereses sociales del grupo y las presiones académicas por el futuro acceso al mundo laboral o a la enseñanza superior.
Causas del burnout en los profesores
Las circunstancias del entorno suelen ser las causas más comunes del burnout, aunque también puede ayudar a ello el carácter o actitud de cada docente e, incluso, los años de docencia que atesora, por la sensación de hastío que se puede acumular en el tiempo. En realidad, el síndrome del burnout docente suele derivarse de una combinación de estas causas:
- Sobrecarga de trabajo. Los docentes a menudo afrontan cargas de trabajo excesivas, ya sea debido a una cantidad abrumadora de tareas administrativas, la preparación de lecciones exhaustivas o la atención a las necesidades individuales de los estudiantes.
- Presión y expectativas. La idealización de la profesión y, sobre todo, una autoexigencia quizás excesiva respecto a los resultados del alumnado, respecto a su crecimiento y desarrollo como personas, puede conducir al burnout. También puede generar un estrés adicional significativo la presión de cumplir con los objetivos del plan de estudio en clases en las que el nivel de los estudiantes no siempre acompaña o facilita la tarea.
- Falta de recursos y apoyo. La falta de recursos adecuados, tanto materiales como humanos, y la falta de acompañamiento emocional y profesional pueden contribuir al agotamiento de los docentes.
- Conflictos y desafíos en el aula. Lidiar con comportamientos problemáticos, problemas de disciplina o situaciones desafiantes en el aula, incluyendo el fracaso escolar de los alumnos, suelen desgastar emocionalmente a los docentes.
¿Qué dicen los expertos sobre el burnout docente?
Aitor Álvarez, profesor de UNIR y especialista en burnout, contrapone el entusiasmo de la profesión docente con la realidad a veces no tan ideal: “Un maestro que no se emociona no es buen docente. El entusiasmo es necesario porque es lo que repercute en nuestros alumnos. Empezamos con esta ilusión, pero a veces hay una serie de circunstancias que hacen que el profesor se vaya separando de la idealización de la profesión, para acabar experimentando este estrés laboral crónico que es el burnout”.
La visión de Ferran Barri, licenciado en Psicología, profesor y autor de obras como “Acoso escolar o bullying”, es algo más preocupante. En su opinión, “el profesorado tiene hoy en día una serie de luchas. La principal no es la de trabajar los contenidos o transmitir conocimientos, sino la de mantener una disciplina en el aula”. De por sí no es fácil tener que mantener la atención de los estudiantes tantas horas seguidas. “Pero es que además -añade-, hay un 8 o un 10% del alumnado que de forma sistemática interrumpe, son actitudes disruptivas de baja intensidad constantes y reiteradas, que hacen que el docente experimente una tensión nerviosa constante, que deriva en estrés, ansiedad y depresión”.
Cómo afrontar el burnout y prevenirlo
- Disponer de las herramientas adecuadas de gestión educativa. Es importante que el profesorado disponga de las mejores herramientas para el ejercicio de la docencia, y en especial aquellas que facilitan la preparación de las clases, la comunicación con los estudiantes en el seguimiento y la entrega de trabajos, y tareas a veces repetitivas como las evaluaciones y la introducción de notas. La plataforma Clickedu simplifica y brinda un abanico de posibilidades muy completas, entre ellas:
- Entrega de trabajos o tareas
- Proyectos por grupos o individuales
- Importación guía didáctica
- Cartelera de notícias / recursos
- Calendario de eventos o salidas
- Programaciones
- Parámetros de asistencia
- Horarios
- Reservas de salas
- Convocatorias de reuniones online (Google Meet o otras)
- Sustituciones
- Fichas de alumnos/as
- Evaluación por rúbricas
- Seguimiento tutorial
- Notas, informes y boletines
- Cuaderno del profesor/a
- Promover la conciencia institucional. Las escuelas y los colegios deben ser conscientes de la importancia de abordar el burnout docente. Implementar políticas que promuevan un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal, así como brindar programas de apoyo y desarrollo profesional, pueden marcar una gran diferencia.
- Autocuidado. Es esencial que los docentes se dediquen tiempo para el autocuidado. Esto implica establecer límites, llevar rutinas de sueño adecuadas, mantener una alimentación saludable y participar en actividades de relajación y recreación.
- Buscar apoyo y compartir experiencias. Conectar con otros docentes, ya sea a través de grupos de apoyo o comunidades en línea, puede brindar un espacio para compartir experiencias, buscar consejos y recibir el apoyo necesario.
- Establecer límites claros. Aprender a establecer límites realistas en términos de carga de trabajo y responsabilidades adicionales puede ayudar a evitar el agotamiento.
- Buscar ayuda profesional. Si el agotamiento persiste y afecta significativamente la calidad de vida y el bienestar general, es importante buscar ayuda profesional. Los psicólogos y consejeros pueden brindar apoyo y estrategias efectivas para lidiar con el burnout.
Poner en valor el trabajo de los docentes
El burnout de los docentes es una realidad preocupante que afecta tanto a la calidad de vida de los educadores como a la educación en sí misma. Es importante ser conscientes de los desafíos y las causas subyacentes, para poder tomar medidas proactivas y preventivas.
Los docentes desempeñan un papel fundamental en la sociedad y, al cuidar de su bienestar, podemos asegurar un entorno educativo más saludable y equilibrado para todos. Respetar su trabajo y ponerlo en valor es crucial, porque son los encargados de formar a las generaciones futuras.
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